Políticas de salud: “empleamos curvas de la OMS”, se sostiene desde el Siprosa
“Antes se usaban curvas hechas en los ‘70 sobre una población muy pequeña de La Plata. Quedaron muy anticuadas, porque la población evolucionó”.Lionella Safarsi, a cargo del departamento Materno-Infanto-Juvenil del Siprosa, explicó los criterios y cuidados oficiales relacionados con los niños denominados “de bajo peso” o “en riesgo nutricional”.
La médica detalló que se emplean curvas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2007: “se hicieron en base a un estudio multicéntrico. Se hizo un seguimiento de niños y se crearon las gráficas. Se tienen en cuenta la edad; el peso y la talla y el Índice de Masa Corporal (IMC)”, puntualizó. Advirtió, sin embargo, que tienen en cuenta el potencial genético de los niños y factores externos como las condiciones de vida o el medioambiente. “Según el IMC sacamos un percentilo para la edad. Un chico de dos años se mide y pesa y se hace una fórmula. Se saca el IMC. Con el IMC vas a la gráfica y te fijás. Entre el percentilo 10 y el 85, está con su peso adecuado. Entre el 10 y el 3, está en riesgo, debajo de lo esperado. Si no llega al 3, está con bajo peso o desnutrido, como decíamos. La desnutrición no sólo se diagnostica con peso y medida, sino que se analiza la clínica y los análisis”, dijo.
El programa que aborda específicamente los casos de desnutrición registra a aquellos de entre seis meses y 14 años que la padecen por la falta adecuada de ingesta alimentaria. “En el 2007, teníamos 25.000 beneficiarios. Ahora contamos con 7.800: 2.900 con bajo peso; 2.900 desnutridos y 1.900 recuperados”, expuso Safarsi. Agregó que también hay alrededor de 400 embarazadas bajo tratamiento.
El chico en riesgo, aseguró, recibe -además de las vacunas y vitaminas- tres kilos de leche y un complemento mediante la tarjeta Cabal ($ 100 para familias en riesgo y $ 75 por niño desnutrido). Safarsi manifestó que el objetivo es que la recuperación se dé a los seis meses. “Una vez que pasaron el percentilo 10, quedan en el programa durante un año”, concluyó.
La médica detalló que se emplean curvas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2007: “se hicieron en base a un estudio multicéntrico. Se hizo un seguimiento de niños y se crearon las gráficas. Se tienen en cuenta la edad; el peso y la talla y el Índice de Masa Corporal (IMC)”, puntualizó. Advirtió, sin embargo, que tienen en cuenta el potencial genético de los niños y factores externos como las condiciones de vida o el medioambiente. “Según el IMC sacamos un percentilo para la edad. Un chico de dos años se mide y pesa y se hace una fórmula. Se saca el IMC. Con el IMC vas a la gráfica y te fijás. Entre el percentilo 10 y el 85, está con su peso adecuado. Entre el 10 y el 3, está en riesgo, debajo de lo esperado. Si no llega al 3, está con bajo peso o desnutrido, como decíamos. La desnutrición no sólo se diagnostica con peso y medida, sino que se analiza la clínica y los análisis”, dijo.
El programa que aborda específicamente los casos de desnutrición registra a aquellos de entre seis meses y 14 años que la padecen por la falta adecuada de ingesta alimentaria. “En el 2007, teníamos 25.000 beneficiarios. Ahora contamos con 7.800: 2.900 con bajo peso; 2.900 desnutridos y 1.900 recuperados”, expuso Safarsi. Agregó que también hay alrededor de 400 embarazadas bajo tratamiento.
El chico en riesgo, aseguró, recibe -además de las vacunas y vitaminas- tres kilos de leche y un complemento mediante la tarjeta Cabal ($ 100 para familias en riesgo y $ 75 por niño desnutrido). Safarsi manifestó que el objetivo es que la recuperación se dé a los seis meses. “Una vez que pasaron el percentilo 10, quedan en el programa durante un año”, concluyó.
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