Para noches frias, que ya llegaron, salteado de verduras con huevo frito
Este plato es uno de los más significativos de mi infancia. Lo comía mi abuelo Giuseppe. Recuerdo noches de invierno en Justo Daract, en la casa de mi niñez, cuando
mamá le cocinaba su plato preferido. Él, que había llegado al puerto de Buenos Aires a los 14 años, solo y escondido en un barco de carga, que jamás fue a la escuela pero que a los 80 leía un libro cada dos días, esperaba sentado, con la pipa en la mano.
Mamá, frente a la cocina de leña, manipulaba una sartén de hierro pequeña
y casi al rojo, con un plato inolvidable: la cena del nonno.
mamá le cocinaba su plato preferido. Él, que había llegado al puerto de Buenos Aires a los 14 años, solo y escondido en un barco de carga, que jamás fue a la escuela pero que a los 80 leía un libro cada dos días, esperaba sentado, con la pipa en la mano.
Mamá, frente a la cocina de leña, manipulaba una sartén de hierro pequeña
y casi al rojo, con un plato inolvidable: la cena del nonno.
Ingredientes
Cebolla mediana, 1
Pimiento rojo, 1/2
Pimiento verde, 1/2
Ajo, 2 dientes
Ají picante, 1 pequeño
Huevos caseros, 2
Sal y pimienta a gusto
Aceite de oliva, 1/3 de tazaPreparación
Cortar los dientes de ajo en láminas y dorar sobre una buena cantidad de aceite de oliva, a fuego vivo.
Bajar la llama un poco y echar los pimientos cortados en tiras hasta que se ablanden, el ají picante cortado en pedacitos y la cebolla, en aros.
Salpimentar. Tapar la sartén y cocinar unos cinco minutos.
Después, echar dos huevos y esperar a que se frían, cuidando de que quede la yema cremosa. Servir acompañado de una pequeña hogaza de pan y medio vaso de vino tinto.
(Aclaro que mi abuelo murió a los 94 años y nunca supo si tenía el colesterol alto o bajo).LA FRASE DE HOY“A quien amas dale alas para volar, raíces para volver… y motivos para quedarse”Dalai lama
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