Denuncia en Verona: "El cura Corradi me arruinó la vida"


Testimonio impactante
Gianni Bisoli, sordo desde los 8 años, apunta al cura que ahora está detenido en Mendoza: "Es un puerco".

Era demasiado joven el padre Nicola cuando por las tardes, luego del almuerzo, recorría el pasillo infinito del primer piso del instituto con el rosario en la mano. Demasiado joven para las atrocidades que cometía.
Gianni Bisoli había cumplido los 11 -hoy tiene 68- y sentía escalofríos cada vez que Nicola Corradi -el cura de 82 años arrestado en Mendoza por pedofilia- se hacía ver con el rosario en la mano. A veces le tocaba a él, a veces a sus compañeros sordomudos que vivían con él en el Instituto Antonio Próvolo de Verona, una institución regenteada por religiosos de la Compañía de María para la educación de los sordomudos.
“Yo había llegado al instituto con 9 años recién cumplidos. Tres meses después comenzaron los abusos. Venía de una familia pobre de Sirmione, sobre el lago de Garda. A Corradi lo vi sólo dos años, entre 1959 y 1962. El aun era clérigo, no sacerdote”, dice Bisoli, uno de los 400 chicos de origen humilde que en los años ’60 se educaban en el Provolo y que solían volver a casa sólo para Navidad y Pascua. “El baño de la escuela estaba al final de un corredor. Cuando Nicola nos veía ir al baño, nos venía a buscar. Nos masturbaba y nos obligaba a hacérselo a él. Yo me paralizaba y me ponía colorado”, dice el hombre, sordo desde los 8 años.
“A veces nos despertaban de noche. Nos venían a buscar al dormitorio y nos llevaban al último piso del instituto -cuenta Bisoli-. Recuerdo a Corradi, en medio de la oscuridad, la noche en la que él y los otros clérigos jóvenes nos hicieron apoyar las manos en alto contra una pared, con las piernas abiertas y nos bajaron el pantalón del pijama. Nos hacían de todo.”
Corradi no tenía más de 25 años cuando abusaba de Bisoli. “Los curas más grandes me llamaban ‘il bello (el lindo)’. Me llevaban al tercer piso y me hacían tener sexo con ellos. Venían y me decían que Nicola decía que yo era lindo. Eso me incomodaba”, dice Bisoli, que luego se convirtió en profesor de esquí acuático. “Luego de dos años, Nicola Corradi se ordenó sacerdote y se fue. Nos dijeron que lo habían mandado a la Argentina a ayudar a los niños allá”, dice.
En su primera declaración de puño y letra, en 2009, Bisoli señaló que “tres meses después de ingresar al instituto y hasta que cumplí los 15 fue objeto de requerimientos sexuales, he sido sodomizado y obligado a practicar sexo oral y masturbaciones de parte de los siguientes curas y laicos consagrados”. Y nombra a 16 religiosos -entre los cuales figura Corradi-, algunos ya fallecidos.
El testimonio de Bisoli llegó a involucrar al obispo Giuseppe Carraro, a cargo de la diócesis de Verona entre 1958 y 1977. “Perdí exámenes el último año porque me llevaban a los aposentos del obispo, al que le gustaban los preadolescentes. Me llevaron cinco veces. Me tocaba, se bajaba los pantalones y me subía a caballito suyo. Luego han falsificado mi boletín para hacer creer que me recibí un año antes e invalidar mi denuncia”, dice Bisoli. Carrero murió en 1980. El año pasado fue declarado beato.
Bisoli está en la sede de la Asociación Sordos Antonio Próvolo de Verona, la organización no gubernamental que desde hace años lleva adelante las denuncias contra los curas pedófilos del Próvolo de Verona. Aceptó dar su testimonio a Clarín luego de la detención de Corradi. 
“Corradi y todos esos curas me arruinaron la vida. Cuando salí del instituto, durante años no pude establecer un vínculo con nadie. Luego tuve relaciones con hombres y con mujeres pero jamás manifesté cariño, amor”, dice Bisoli.
-¿Qué le diría a Corradi si lo tuviera delante de sus ojos?
-“Puerco”. Si pudiera le daría una piña pero la ley no me lo permite. Entonces sí lo insultaría. Le diría “puerco, cerdo, cobarde”.

Comentarios

Entradas populares