La diferencia entre un dolor de garganta, faringitis y amigdalitis


Los términos dolor de garganta, faringitis amigdalitis con frecuencia se usan indistintamente, pero no son la misma cosa. Amigdalitis se refiere a las amígdalas que están inflamadas. Faringitis es una infección causada por un tipo específico de bacteria, estreptococo. Cuando su hijo tiene faringitis, las amígdalas suelen inflamarse mucho, y la inflamación puede afectar los alrededores de la garganta. Otras causas de dolor de garganta son los virus, y estos solo pueden causar inflamación de la garganta alrededor de las amígdalas pero no de las amígdalas en sí.
En bebés, niños pequeños y niños en edad preescolar, la causa más frecuente de dolor de garganta es una infección viral. No se necesita ninguna medicina específica cuando el responsable es un virus, y el niño debería mejorar en un período de siete a diez días. Con frecuencia los niños que tienen dolor de garganta causado por virus también tienen un resfriado. Es posible que también presenten fiebre leve, pero generalmente la enfermedad no es muy fuerte.
Un virus específico (llamado virus de Coxsackie), que se observa con más frecuencia en el verano y otoño, puede causar fiebre un poco más alta, más dificultar para tragar y más molestias en general. Si su hijo tiene una infección por el virus de Coxsackie, es posible que también tenga una o más ampollas en la garganta y en sus manos y pies (por lo que suele llamársele enfermedad de mano-pie-boca). La mononucleosis infecciosa puede producir dolor de garganta, frecuentemente con amigdalitis marcada; sin embargo, la mayoría de los niños que tiene una infección del virus de mononucleosis tienen pocos o ningún síntoma.
La faringitis es causada por una bacteria llamada Streptococcus pyogenes. Hasta cierto punto, los síntomas de la faringitis dependen de la edad del niño. Los bebés con faringitis posiblemente solo tengan fiebre baja y una secreción nasal espesa o con sangre. Los niños pequeños (de uno a tres años) también pueden tener secreción nasal espesa o con sangre y fiebre. Estos niños suelen estar irritables, pierden el apetito y muchas veces tienen ganglios inflamados en el cuello. A veces los niños pequeños se quejan de dolor de estómago y no de dolor de garganta. Los niños de más de tres años que tienen faringitis suelen tener síntomas más fuertes; el dolor de garganta puede ser extremadamente doloroso, la fiebre sube arriba de 102 grados Fahrenheit (38.9 grados Celsius), hay ganglios inflamados en el cuello y pus en las amígdalas. Es importante poder distinguir una faringitis (infección estreptocócica) de una infección viral, porque las infecciones estreptocócicas se tratan con antibióticos.

Diagnóstico y tratamiento

Si su hijo tiene dolor de garganta que no cede (no uno que desaparece después de beber algo en la mañana), ya sea que esté acompañado por fiebre, dolor de cabeza, dolor de estómago o cansancio extremo, debe llamar a su pediatra. Esa llamada debe hacerse con más urgencia si su hijo parece estar sumamente enfermo, o si tiene dificultad para respirar o mucha dificultad para tragar (lo que hace que babee).
Esto puede ser indicación de una infección más grave. El médico examinará a su hijo y es posible que realice un cultivo de garganta para determinar la naturaleza de la infección. Para esto, tocará la parte posterior de la garganta y las amígdalas con un aplicador con punta de algodón y frotará la punta en una placa de cultivo especial que permite que la bacteria de estreptococo crezca si está presente. La placa de cultivo se examina veinticuatro horas después para determinar la presencia de la bacteria.
La mayoría de consultorios de pediatras hacen pruebas rápidas de estreptococo que brindan resultados en minutos. Si la prueba rápida es negativa, es posible que su médico confirme el resultado con un cultivo. Una prueba negativa significa que se asume que la infección es causada por un virus. En ese caso, los antibióticos (que son antibacteriales) no ayudan y no se recetarán.
Si la prueba muestra que su hijo sí tiene faringitis, el pediatra recetará un antibiótico oral o inyectado. Si es oral, es muy importante que tome la dosis completa, tal como se receta, incluso si los síntomas mejoran o desaparecen.
Si la faringitis de su hijo no se trata con antibióticos, o si no completa el tratamiento, la infección puede empeorar o extenderse a otras partes del cuerpo, dando origen a afecciones como abscesos de las amígdalas o problemas de los riñones. Las infecciones estreptocócicas que se dejan sin tratar pueden resultar en fiebre reumática, una enfermedad que afecta el corazón. Sin embargo, la fiebre reumática es rara en los Estados Unidos y en niños menores de cinco años.

Prevención

Muchos tipos de infecciones de la garganta son contagiosos, transmitiéndose principalmente por el aire en pequeñas gotas de humedad o en las manos de los niños o adultos infectados. Por esa razón, tiene sentido mantener a su hijo alejado de las personas que tienen síntomas de esta afección. Sin embargo, la mayoría de personas son contagiosas antes de que los primeros síntomas aparezcan, así que realmente no existe una forma práctica de evitar que su hijo se contagie de la enfermedad.
En el pasado, cuando un niño tenía varias infecciones de garganta, era probable que se le sacaran las amígdalas en un intento por evitar más infecciones. Pero esta operación, llamada amigdalectomía, ahora solo se recomienda para los niños sumamente afectados. Incluso en los casos difíciles, donde hay infecciones repetidas, el tratamiento con antibiótico suele ser la mejor solución.
Última actualización
 
5/5/2015
Fuente
 
Caring for Your Baby and Young Child: Birth to Age 5 (Copyright © 2009 American Academy of Pediatrics)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.

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