Una esperanza para 300 mil diabéticos: prueban con éxito un páncreas artificial


Se trata de un software que regula desde un celular el valor de azúcar en sangre, sin necesidad de que el paciente deba realizar las correcciones habituales con insulina.
Por primera vez se probó un páncreas artificial en pacientes con diabetes tipo 1. Es el primer ensayo de estas características que se realiza en la Argentina y lo llevaron adelante investigadores del Hospital Italiano y del Conicet, con la colaboración de la Universidad de Virginia, Estados Unidos. Participaron cinco pacientes que estuvieron utilizando el dispositivo durante 36 horas, en las que permanecieron internados y monitoreados por el equipo de investigadores.
Los investigadores explicaron en conferencia de prensa que el objetivo del páncreas artificial es regular de forma automática el valor de azúcar en sangre, sin necesidad de que el paciente deba realizar las correcciones con insulina habituales en el manejo de la diabetes tipo 1.
Sociedad - Leticia Vázquez,es insulinodependiente

Foto: Fernando de la Orden
Sociedad - Leticia Vázquez,es insulinodependiente Foto: Fernando de la Orden
El dispositivo está compuesto por un sensor continuo de glucosa y una bomba de infusión de insulina, ambos conectados vía bluetooth a un teléfono celular que tiene instalado un software con un algoritmo que va sacando, mediante cálculos matemáticos, los valores de insulina que necesita el paciente. Para ello, el paciente debe introducir algunos datos, como qué va a comer y a qué hora.
“Ya estamos avanzando en una segunda etapa, para la que se está trabajando en un nuevo algoritmo de control para aumentar la autonomía y disminuir aún más la necesidad de intervención del paciente”, anunció el doctor Luis Grosembacher, investigador principal del estudio y jefe de la sección Diabetes del Servicio de Endocrinología del Hospital Italiano. Para una segunda etapa se utilizará un algoritmo desarrollado completamente en la Argentina por investigadores del ITBA, la Universidad Nacional de Quilmes y la Universidad Nacional de La Plata y que apunta a que haya una intervención aún menor del paciente, esto es, que no tenga que introducir datos.
Hospital Italiano. Equipo Interdisciplinario que trabajó en la fase inicial del proyecto de Páncreas Artificial. Foto Emiliana MIguelez
Hospital Italiano. Equipo Interdisciplinario que trabajó en la fase inicial del proyecto de Páncreas Artificial. Foto Emiliana MIguelez
“Lograr objetivos glucémicos estables en una persona que no tiene un páncreas que regula la secreción de insulina y hacerlo en forma artificial va a reducir la incidencia de complicaciones crónicas a largo plazo en estos pacientes”, añade el especialista. “Con el páncreas artificial es posible evitar las complicaciones crónicas”.
De hecho, el éxito de este primer ensayo quedó demostrado porque durante las 36 horas que los cinco pacientes estuvieron conectados al dispositivo, todos pudieron regular los niveles de glucosa y ninguno presentó cuadros de hiperglucemia (los niveles de glucosa se elevan) o de hipogucemia (los niveles de glucosa bajan demasiado).
“El objetivo de este desarrollo es aliviar el trabajo arduo que es tener diabetes”, explica el doctor Daniel Chernavvsky. “El paciente con diabetes tipo 1 tiene los valores de azúcar que suben y bajan, y se tienen que chequear los niveles a cada. El medidor continúo lo hace automáticamente y envía al asistente esa información. Con esa información, sumada a una serie de cálculos históricos y predictivos, no sólo regula los niveles, sino que evita complicaciones. En el caso de los chicos, uno de los miedos más grandes de los padres es que sufran una hipoglucemia cuando duermen. Esto fue reducido a cero”, añade el especialista, que además es pediatra y ha realizado este tipo de ensayos con chicos en los Estados Unidos.
"Evitar las hipoglucemias nocturnas es un gran avance. Los padres son el páncreas de los chicos, son quienes están pendientes de sus niveles de glucosa. Si logramos que sea totalmente automático, es un avance", añade Chernavvsky. “El proyecto en Argentina se inició hace seis años, con el objetivo de que el paciente se pueda independizar de todos esos cálculos matemáticos que normalmente tienen que hacer con ayuda de un médico”, explica el ingeniero Ricardo Sánchez Peña, del Instituto Tecnológico de Buenos Aires y responsable técnico principal del estudio.“Este primer estudio fue aprobado por la ANMAT y esperamos que próximamente podamos llevar adelante la segunda prueba”, añadió el investigador, que trabaja en el desarrollo del nuevo algoritmo.
El ensayo realizado en la Argentina forma parte de un consorcio de países (entre ellos Francia, Holanda y Estados Unidos) que están realizando ensayos clínicos con este sistema de páncreas artificial con el algoritmo desarrollado por la Universidad de Virginia. Actualmente, hay 240 pacientes en el mundo que están haciendo pruebas de un año como las de Argentina.  Los primeros resultados han sido asombrosos. Gracias al páncreas artificial se pasó de 15% de hipoglucemias a cero. Y en el caso de las hiperglucemias, se pasó de pacientes que estaban en promedio entre 4 a 5 horas en estado de hiperglucemia, a estar no más de 12 minutos en ese estado. Esto es gracias al sistema de alarma que tiene el páncreas artificial: cuando el paciente comienza a descompensarse, se activa de inmediato el sistema de alarma, que cuenta con más de una persona para responder, lo que reduce notablemente el riesgo de complicaciones.  Además, los datos que quedan registrados en el celular, pueden ser enviados al médico vía mail. Así, también se pueden reducir notablemente la necesidad de consultas con el médico en consultorio. Y abrirá la puerta a la telemedicina: la posibilidad de monitorear al paciente a distancia, sin necesidad de realizar una consulta presencial cada tres meses.  "Con esto podríamos ver al paciente una vez por año", grafica Grosembacher. 

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