Cannabis medicinal: cada vez más cerca de ser legal
UN TEMA POLÉMICO
Diputados aprobó por unanimidad la marihuana terapéutica. Ahora deben decidir los senadores. Se usaría para epilepsia refractaria, dolencias crónicas y fibromialgia. Tres toxicólogos se mostraron en contra de la medida. Testimonios de madres En Tucumán, un grupo de mujeres desafía la ley.
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El aceite de marihuana quedó a un paso de ser legal. El miércoles, la Cámara de Diputados le dio media sanción al proyecto de ley que permite y facilita el acceso al tratamiento cannabinoides. Aunque aún resta que el proyecto se apruebe en el Senado, el tema ya levantó gran polvareda.
La iniciativa prevé mayores facilidades en el uso del cannabis en pacientes con epilepsia refractaria, dolores crónicos y fibromialgias.
Quienes están a favor de la legalización de esta terapia criticaron que el proyecto no haya contemplado el autocultivo de la marihuana. Por el contrario, se reafirma la prohibición de esta práctica. Según el grupo “Mamá Cultiva”, que agrupa a las madres de pacientes que utilizan aceite de cannabis, en este punto se desconoce lo que pasa en la realidad: muchos chicos que ya están en tratamiento deberían dejarlo hasta que los laboratorios puedan elaborar el tipo de aceite que ellos necesitan. Y eso no va a ocurrir, dicen. Por lo tanto, estas familias seguirán consiguiendo los preparados en el mercado negro.
Quienes están en contra de esta disposición son claros: la ciencia aún no apoya de forma contundente la utilización de cannabis, dicen. Insisten en que, al poner en la balanza, estos tratamientos tienen más perjuicios que beneficios en los pacientes, especialmente cuando se trata de menores de edad.
En caso de que la Cámara alta apruebe la ley, el aceite de cannabis producido a partir de las flores de la planta podría ser utilizado por personas con cáncer, VIH, dolores crónicos, fibromialgías y otras patologías que producen dolores musculoesqueléticos crónicos. Pero sólo la marca y tipo de aceite que autorice la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) y que importe el Gobierno estarán autorizados.
El abogado Alejandro Corda, de Intercambios AC, una ONG especializada en el tema de las políticas de drogas, sostuvo que Argentina dio un paso “pequeño” el miércoles, pero no por ello menos importante. “Habrá que ver qué pasa en Senadores y, cuando salga la ley, cómo se reglamenta y se termina aplicando”, advierte. No obstante, detalla a LA GACETA que hay un punto de la norma que ampararía a quienes cultiven cannabis (lo que está prohibido por el artículo 5 de la ley de drogas 23.737). El proyecto prevé la creación -en el ámbito del Ministerio de Salud de la Nación- de un registro nacional voluntario, “a los fines de autorizar la inscripción de los pacientes y familiares que, presentando las patologías incluidas en la reglamentación y prescritas por médicos de hospitales públicos, sean usuarios de aceite de cáñamo y otros derivados de la planta de cannabis, con el resguardo de protección de confidencialidad de datos personales”.
El debate ya se encendió. A favor o en contra, y más allá de la discusión política y médica, las madres que usan cannabis medicinal para sus hijos (son más de 60 en Tucumán, divididas en dos grupos) sienten que ganaron su primera batalla: ser escuchadas.
Las mamás reclaman que les permitan cultivar marihuana
Eliana Vera comenzó a sospechar que algo andaba mal con su hijo Santiago cuando él tenía un año y medio. Pasaba las horas mirando el ventilador. Corría en círculos. Nunca la miraba a los ojos. No respondía a su nombre. Cuando le dieron el diagnóstico, autismo, ella sintió que el mundo se le vino abajo. “Mi vida era tan desesperante”, recuerda la mujer de 26 años, que vive en Tafí Viejo.
Una tarde, hace tres meses, leyó una nota sobre los beneficios del cannabis para los chicos con autismo. “Ya había probado tantos medicamentos y todo seguía igual. Decidí jugarme por eso”, cuenta la mamá, que hizo traer el aceite desde Chile, donde sí está legalizada la marihuana con fines medicinales.
No fue fácil que su familia entendiera esa decisión. Por esas paradojas de la vida, el papá de Santiago tuvo problemas con las drogas y murió cuando el pequeño tenía apenas un año. “La abuela de Santi me tiró el frasquito entero de aceite la primera vez. Me quería morir. Ella me decía que no le podía dar droga al nene. Igual insistí. Los cambios fueron notables a los dos meses de tomar cuatro gotas diarias del aceite” relata. Santiago -que tiene cinco años- empezó a responder cuando lo llamaban o le daban alguna orden. “En la escuela a la que va ahora se relaciona con los chicos”, cuenta.
Eliana es una de las 30 integrantes que tiene en Tucumán la organización nacional “Mamá Cultiva”. Las mujeres, todas madres de hijos con autismo o epilepsia, se juntan cada semana en el patio de comidas de la terminal de ómnibus para asesorarse sobre cómo plantar marihuana para poder fabricar el aceite en forma casera. Ya tienen las semillas y en breve comenzarán a experimentar. Hasta ahora, todas ellas se ven obligadas a comprar el aceite en otras partes del país o en el extranjero. Pagan en promedio $ 1.000 cada frasco, el cual les dura poco más de un mes.
Las mamás festejaron que esta semana se haya dado media sanción al proyecto que legaliza la marihuana medicinal. “Es una señal de que nos escucharon”, dicen. Sin embargo, reclaman que se permita el autocultivo y el cultivo cooperativo y solidario. “De esta manera el aceite podrá llegar a todos los chicos que lo necesitan. Además, es la mejor forma de saber que lo que le estamos dando es seguro y no tiene pesticidas”, explica Mónica Rodríguez, mamá de Juan, de 10 años, que tiene autismo severo.
Fanny Miranda es la mamá de Brandon, un niño de 10 años que mide 1,36 m y pesa 68 kilos. “Así lo dejaron los antipsicóticos. Tomaba cinco por día y no le hacían nada”, detalla la mujer. Nunca había podido sostener un diálogo con su hijo. Apenas empezó a gatear el pequeño se convirtió en un torbellino de violencia. Se golpeaba la cabeza contra la pared hasta sangrar. Maltrataba a su mamá, a sus hermanos y a quién se le acercara. Rompía los vidrios, las tazas, todo. La familia vivía una verdadera pesadilla. “Hasta que decidimos, después de leer en internet, probar con el aceite. Le pregunté a la psiquiatra que lo atiende y me dijo que me apoyaba en esta decisión. Ahora, Brandon es otro chico. Empezó a escucharnos, a entender lo que le decimos y disminuyeron notablemente sus episodios violentos”, apunta.
Ellas nunca fumaron un porro. Tenían prejuicios. Jamás pensaron que esta droga les iba a cambiar la vida para bien, dicen. Por eso, están decididas a desafiar la ley. Quieren aprender a cultivar para fabricar ellas mismas el aceite de cannabis. “¿Qué más tenemos para perder después de todo lo que vivimos? Que estemos aquí hoy con nuestros hijos es un milagro. Sacarlos a un lugar público como este (la zona de juegos de la terminal) era imposible. Se ponían violentos, intratables”, cuenta Eliana, y se le pone la piel de gallina. Su hijo está sentado al lado de ella. La mira a los ojos. Le dice mamá y la acaricia. Luego sale corriendo, feliz, a meterse en el pelotero.
“No hay suficiente evidencia científica. Utilizar marihuana -aunque sea con fines terapéuticos- puede implicar graves daños a largo plazo en niños y adolescentes. Y otra cosa: puede haber una interpretación a nivel social de que la sustancia es inocua. Se abre una puerta muy peligrosa”. Estos son, en síntesis, los motivos principales por lo que al país no le conviene legalizar el uso del cannabis medicinal, dijeron a LA GACETA toxicólogos especialistas en el tema.
Susana de Ponce de León, magíster en Toxicología y ex-profesora de la cátedra de Toxicología de la Facultad de Bioquímica, Alfredo Córdoba, profesor de la UNT y jefe del Departamento de Toxicología del municipio capitalino, y Gustavo Marangoni, médico psiquiatra y experto en adicciones, se mostraron muy preocupados ante la media sanción de la ley que aprueba el uso de la marihuana medicinal.
Los médicos remarcaron que los estudios que avalan los efectos positivos del cannabis en distintas enfermedades son insuficientes. “Lo que sí está comprobado es que esta sustancia produce un daño muy serio en las neuronas (a nivel lóbulo frontal)”, expresa Marangoni.
“Los principales activos de la marihuana son el tetrahidrocannabinol (THC), el cannabinol (CBN) y el Cannabidiol (CBD). Este último sería (remarca el potencial) el que produce beneficios medicinales. El problema es que separar este activo de los otros (especialmente del THC, que es peligrosísimo) es algo delicado, sumamente técnico y muy costoso. Probar sus efectos en humanos es una tarea investigativa que aún no tiene buenos resultados. De lo contrario algún laboratorio de productos medicinales en el mundo ya lo habrían obtenido. Hecho éste que debiera llamarnos la atención. Quien hace un aceite casero seguramente no sabe qué le estará dando a su hijo”, remarcó Córdoba. Ponce de León dijo que está comprobado que esta sustancia, el THC, destruye la arquitectura de la neurona y eso genera que se vayan deteriorando funciones esenciales del cerebro.
“El cerebro necesita desde que nace 18 años para conformar su estructura emocional. En esos años es también cuando se logra la capacidad de comunicación que tiene el sujeto. La marihuana afecta directamente estas funciones. Yo le pregunto a los padres que les quieren dar aceite de cannabis a sus hijos: ¿les parece un buen precio a pagar, quitarles la capacidad de conectarse el mundo y de manejar sus emociones? En aras de un supuesto tratamiento se está produciendo un daño severo en el sistema nervioso central”, aportó Marangoni.
Ponce de León agregó que la marihuana facilita la muerte súbita, el desarrollo de arritmias y accidentes cerebrovasculares.
“Puede haber casos en los que ya se ha probado todo tipo de terapias y en los que verdaderamente no hay más opción que recurrir al aceite de cannabis. Entonces ahí, la sustancia tiene que pasar por toda una línea de investigación para que finalmente un laboratorio lo produzca, con todas las especificaciones, con los pro y los contra del medicamento, como también ocurrió con el caso de la morfina”, precisó Marangoni.
Los toxicólogos comentaron que todas las drogas ilícitas fueron descubiertas hace cientos de años por su poder terapéutico. “Y a medida que se usaban se fueron descubriendo los tremendos daños que ocasionaban, por lo que se las retiró del mercado. Si hablamos de beneficios, la cocaína es un excelente anestésico local. Pero a la hora de poner en la balanza, son mucho más los contra que los pro. Para nosotros, legalizar el cannabis es un verdadero retroceso”, recalcó Ponce de León. Córdoba señaló con temor que este hecho podría convertirse en la puerta de entrada a la legalización del consumo de marihuana. El experto se quejó de que los diputados no hayan escuchado los consejos que dieron reconocidos profesionales nucleados en la Asociación Argentina de Toxicología, quienes en varios puntos dijeron que no era conveniente legalizar el aceite porque hace falta hacer más estudios. “Los preparados artesanales, basados en la extracción de variedades de Cannabis con alta concentración de cannabidiol (CBD), ofrecen riesgos que aún la ciencia no puede medir ni predecir”, precisaron.
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