Resfriados y otras enfermedades en el embarazo ¿Qué tomar?

Aunque creas estar hecha de acero, nueves meses es un periodo suficientemente largo para que la probabilidad de que sufras una enfermedad común, amén de las molestias propias del embarazo, sea alta. El problema es que durante la gestación el consumo de medicamentos y fármacos está muy limitado con lo que en ocasiones, estas dolencias pueden incordiar más que si no estás embarazada. ¿Qué medicamentos se pueden tomar durante el embarazo?Es necesario considerar que los cambios fisiológicos propios de la gestación pueden alterar la eficacia y la toxicidad de los medicamentos, tanto para la madre como para el bebé. Los fármacos circulan de la mujer al feto por la misma vía que le proporciona otras sustancias al bebé para su desarrollo.
Por ello los medicamentos pueden dañar al feto, directa o indirectamente, en cualquier momento del embarazo, a pesar de que el periodo de mayor riesgo es el primer trimestre, debido a que en la fase embrionaria (entre la 3ª y 8ª semana) tiene lugar la formación de la mayoría de los órganos. En este momento existe pues la posibilidad de que un fármaco induzca anomalías morfológicas importantes. Durante la etapa fetal (a partir de la 8ª semana hasta el parto) los fármacos pueden afectar al crecimiento y desarrollo funcional del feto, originar malformaciones morfológicas de menor gravedad y propiciar complicaciones en el parto.

El Dr. Nicolás López García, ginecólogo en el Hospital USP San Camilo de Madrid, recomienda por tanto evitar ciertos medicamentos, especialmente al comienzo de la gestación: “En el primer trimestre está prohibido todo lo que no sea absolutamente necesario para garantizar la salud de la madre. Durante los nueve meses no deben administrarse, entre otros, fármacos como hormonas o ciertos antibióticos tales como aminoglucósidos y terramicinas”.

Asimismo se desaconseja la utilización de aspirina, sobre todo en las últimas semanas de la gestación, ya que disminuye la contractibilidad uterina, aumentando así la duración del parto, además de suponer un incremento del riesgo de hemorragias tanto en la madre como en el feto.

Resfriado y gripe

Un resfriado o una gripe no tienen por qué ser motivo de alarma, pero sus síntomas pueden ser fastidiosos. El Dr. López García aconseja “no tomar ningún medicamento y recurrir a inhaladores para aliviar la congestión nasal”. Ésta suele ser frecuente en el embarazo debido a los cambios hormonales que también afectan a las fosas nasales. Si te ocurre, utiliza humidificadores para la tos. Inhalar vapores de agua hervida durante unos minutos, con la cabeza cubierta por una toalla, te descongestionará la nariz. Pero no emplees hierbas aromáticas ni aceitesesenciales sin antes consultarlo con un especialista, ya que muchos pueden ser perjudiciales para el bebé. Para despejar las fosas nasales puedes aplicarte, con un cuentagotas, una solución de agua salina. Bebe, además, mucho líquido para humedecer las mucosas y paliar la tos seca. Si tienes molestias en la garganta nada como hacer gárgaras con una solución de agua tibia, limón y miel, siempre y cuando no padezcas diabetes.
Otros síntomas de la gripe, como la fiebre y la cefalea, quizá sí requieran un tratamiento medicamentoso. Descansa todo lo posible, come con regularidad y en caso de fiebre toma duchas de agua tibia a un grado menos de tu temperatura corporal.

No obstante debes saber que la fiebre muy alta sí puede ser motivo de preocupación. “La gripe con fiebre supone un riesgo real para el feto” advierte el Dr. López García. Cuando ésta perdura lo más acertado es acudir al médico inmediatamente, ya que la fiebre se ha llegado a relacionar con abortos en fases tempranas y anomalías en el feto.

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