Premian en España a una tucumana por su investigación sobre EPOC
Elizabeth Córdoba Lanús lleva 12 años juntando muestras de pacientes. La meta de su trabajo es desarrollar nuevos abordajes terapéuticos.
Hace 12 Hs
1
RADICADA EN LAS CANARIAS. Córdoba Lanús formó su familia en Europa. Le resultaría difícil reinstalarse en Tucumán, pero no cierra la puerta.
› DOCTORA EN CIENCIAS BIOLÓGICAS
Tiene 41 años. Es licenciada en Biología (1999), por la Universidad Nacional de Tucumán (título homologado en la Comunidad Económica Europea y por el Ministerio de Educación y Ciencia de España en 2004) y doctora en Ciencias Biológicas (2003), por la UNT, título homologado en España por la Universidad de La Laguna en 2010. Realizó estudios de grado y posgrado gracias a becas competitivas otorgadas por el CIUNT y el Conicet.
› DOCTORA EN CIENCIAS BIOLÓGICAS
Tiene 41 años. Es licenciada en Biología (1999), por la Universidad Nacional de Tucumán (título homologado en la Comunidad Económica Europea y por el Ministerio de Educación y Ciencia de España en 2004) y doctora en Ciencias Biológicas (2003), por la UNT, título homologado en España por la Universidad de La Laguna en 2010. Realizó estudios de grado y posgrado gracias a becas competitivas otorgadas por el CIUNT y el Conicet.
Tiene 41 años. Es licenciada en Biología (1999), por la Universidad Nacional de Tucumán (título homologado en la Comunidad Económica Europea y por el Ministerio de Educación y Ciencia de España en 2004) y doctora en Ciencias Biológicas (2003), por la UNT, título homologado en España por la Universidad de La Laguna en 2010. Realizó estudios de grado y posgrado gracias a becas competitivas otorgadas por el CIUNT y el Conicet.
Elizabeth Córdoba Lanús creció en Tucumán y siempre supo que quería ser bióloga. Lo que no imaginó fue que su amor por esta profesión la llevaría tan lejos. En 2001 marchó a realizar la parte final de sus trabajos de doctorado en la Universidad de La Laguna, en Tenerife, una de las Islas Canarias.
Elizabeth tiene 41 años, está casada con un español y tiene dos hijos (de 8 y 10 años). Aunque regresó por un tiempo a nuestra provincia, se instaló definitivamente en España en 2014, donde le ofrecieron la posibilidad de seguir haciendo lo que le apasiona: investigar. Y justamente por esa razón acaba de recibir uno de los premios más importantes de la región para jóvenes investigadores.
La Fundación de la Farmacéutica AstraZeneca, en colaboración con el Instituto de Salud Carlos III - máximo referente en Investigación biomédica en España- premio a Elizabeth por su trabajo sobre la Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), lo que le permitirá seguir ampliando sus estudios, que ya lleva 12 años de recolección de muestras biológicas. Fundamental, porque sus hallazgos podrían servir de base para desarrollar estrategias de tratamiento que permitan retrasar la evolución de la enfermedad y la aparición de comorbilidades, como cáncer o enfermedades cardiovasculares.
- ¿Qué aportan tu especialización y los trabajos de investigación que realizás a las personas que padecen EPOC, ya sea en lo referente a la prevención o tratamiento?
- Estos trabajos han permitido aproximarnos a la caracterización de una enfermedad compleja, multifactorial y de difícil tratamiento, como es la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica. Es una patología causada principalmente por el consumo de tabaco, y entre el 20 y el 25% de los fumadores van a desarrollarla. Su evolución es muy variada y la investigación que se financiará ahora gracias al premio tiene como finalidad contribuir a la individualización en el manejo diagnóstico y en la terapia que se siga. Nos proponemos detectar diferentes moléculas implicadas en el proceso de envejecimiento que pudieran encontrarse alteradas en pacientes con diferentes fenotipos y en distintos modos de evolución de la enfermedad, lo que nos revelaría posibles dianas terapéuticas. De probarse nuestra hipótesis, nos encontraríamos con la posibilidad de retrasar la evolución de la enfermedad y/o la aparición de otras enfermedades frecuentes en la EPOC, como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
- ¿Por qué te instalaste en Tenerife? ¿Estuviste antes en otros lugares?
-Estuve trabajando en otros países mientras realizaba estancias de perfeccionamiento durante el desarrollo de mi tesis doctoral. Realicé tareas de investigación en la Facultad de Salud Pública, en San Pablo, y en el Instituto Oswaldo Cruz, en Río de Janeiro. También trabajé en el Instituto Nacional de Salud Pública en Morelos, México. Y cuando ya terminaba mi tesis, estuve en la Facultad de Farmacia e Instituto de Enfermedades Tropicales, en Tenerife. Allí surgió la posibilidad de comenzar a trabajar como investigadora postdoctoral en el Hospital Candelaria, un centro hospitalario de reconocido prestigio. Buscaban investigadores recién doctorados con experiencia en investigación biomédica para asumir la responsabilidad del desarrollo de líneas de biología molecular en estudio de enfermedades complejas. Me presenté y fui seleccionada para cubrir uno de los puestos.
- ¿Fue duro adaptarse a culturas diferentes? ¿Qué aprendiste de ellas?
- Al principio todo es novedoso, evidentemente. Con el paso del tiempo comenzás a extrañar costumbres de tu tierra natal y, por supuesto, a tus familiares y amigos. Pero Canarias es un sitio maravilloso para vivir. La gente es muy cálida. Son prácticamente latinos, ya que muchos tienen familiares que habían migrado a Venezuela, Cuba, Uruguay, y hoy sus descendientes están de vuelta aquí. De modo que el trato es más fácil y hace que tengamos más cosas en común. Además, los tucumanos somos en general gente sencilla, y eso hizo que la aceptación por parte de la gente aquí en las islas fuera más fácil. Aun así, las costumbres son diferentes, e incluso la manera de expresarte al hablar, aunque el idioma sea el mismo. Al principio también me parecía un poco raro que para vernos con amigos siempre debíamos quedar en la calle, en un café o confitería. Aquí es lo que se acostumbra. Eso de ir a tomar mate y pasar horas en casa de los amigos, más aún sin previo aviso, es impensable. Todo lleva un tiempo, pero estoy perfectamente adaptada. He echado raíces formando aquí mi familia y tengo un buen círculo de amigos.
- ¿Qué aportó Tucumán a tu formación profesional y como persona?
- Tucumán me educó y me formó. Puedo decir que siempre me he sentido muy bien valorada por mi nivel cultural y profesional. La formación que adquirí en mis años de estudio en la UNT es reconocida fuera del país y me permitió competir al mismo nivel con gente formada en Europa. La UNT tiene grandes docentes y ha formado grandes profesionales. Además, en Tucumán me formé como persona, crecí y maduré. Mis padres fueron ejemplos de incansable trabajo, y me educaron en valores como la responsabilidad, la constancia y la sencillez. Siempre me motivaron y me alentaron a cumplir mis sueños.
- ¿Qué extrañás de Tucumán? ¿Y qué no extrañás en absoluto?
- Lo que más extraño son la familia y mis amigas… son insustituibles en mi vida. Llegás a extrañar hasta el olor de la ciudad en las tardes de verano. Es hermosa. Sus valles y montañas, su frondosidad, son incomparables. Es una pena que la belleza de Tucumán no sea cuidada y debidamente aprovechada para atraer riqueza a la provincia. Su gente está entre la más amable y hospitalaria de todo el cono sur. Tucumán tiene mucho potencial, pero no ha tenido suerte con sus gobernantes. Otra cosa que extraño (¡entre risas!) son los asados de los domingos, además de las empanadas, el mate y las tortillas. No extraño en absoluto hacer cola de horas en un banco o en un organismo público para sacar plata o hacer un trámite. Menos aún la sensación de miedo e inseguridad con que se vive en determinadas zonas.
- ¿Qué aprendiste de tu experiencia en otros países, y qué nos haría bien incorporar para crecer y mejorar?
- Lo primero que te das cuenta es que en una sociedad deben existir normas que permitan la convivencia y que hay que respetarlas. En Argentina las leyes se incumplen y la gente siempre está pendiente de sacar ventaja en cualquier situación. La “picardía criolla” debería ser parte del folclore, pero no una forma de vida.
- ¿Volverías a Tucumán?
Volvería siempre a Tucumán, me encanta mi provincia. Intento viajar todos los años en Navidad, acompañada por mi esposo y mis hijos, para disfrutar con mi familia. Mis hijos son felices cuando van y, aunque no estamos mucho, tienen sus amiguitos y sus primos, que añoran el resto del año. Volver a vivir a Tucumán en mi caso es complicado; mi trabajo es bastante especializado y es difícil que pudiera desarrollarlo allí. De todos modos, nunca cierro esa puerta porque Tucumán siempre será mi hogar.
Comentarios
Publicar un comentario