Le pasa un poco como a los frutos secos, al ser especialmente energéticas son muy beneficiosas para mantener la temperatura corporal en invierno. “Les tenemos mucho respecto y las deberíamos consumir un día a la semana mínimo”, asegura la doctora Blay, quien no establece diferenciación entre unas legumbres y otras. Todas aportan hierro, lo que ayuda a mejorar la respuesta inmunitaria.
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