Guía de alimentación para gripe y resfriados
La alimentación en primer lugar irá orientada a reforzar nuestras defensas y en segundo lugar a disminuir los síntomas si ya estamos enfermos.
• El resfriado es una enfermedad que se contagia fácilmente, y su transmisión se produce por el contacto con las secreciones portadoras de los virus.
Tres puntos importantes que debes cuidar durante tu resfriado:
• Evita propagar el virus a otros miembros de la familia. Tápate la boca con un pañuelo desechable cada vez que tosas o estornudes, coloca el pañuelo desechable usado en una bolsa de plástico que puedas mantener cerrada. Lávate las manos constantemente. • Medicamentos, evita la automedicación. Siempre consulta con tu médico lo que debes tomar. Por lo general los resfriados son causados por virus y los antibióticos no son el medicamento correcto.
La Dieta
Una dieta suave, a base de, alimentos nutritivos y reconfortantes, te pueden ayudar a combatir el malestar y la pérdida de apetito que puede presentarse durante la enfermedad. La alimentación debe enfocarse a estimular la función inmunológica.
Los Líquidos
• Tienen una función muy importante durante el resfriado. Ayudan a mantener la hidratación correcta del cuerpo, evitan que las mucosas se resequen y favorecen la fluidificación de las secreciones.
• Evita el consumo de bebidas alcohólicas y con alto contenido de cafeína, ya que causan deshidratación.
Consume jugos naturales con alto contenido de vitamina C.
• Las bebidas calientes como el caldo de pollo, es un alimento que reconforta y ayuda a disminuir las molestias del resfriado.
• Puedes tomar té de canela con limón endulzado con miel de abeja.
• Evita el consumo de bebidas alcohólicas y con alto contenido de cafeína, ya que causan deshidratación.
Consume jugos naturales con alto contenido de vitamina C.
• Las bebidas calientes como el caldo de pollo, es un alimento que reconforta y ayuda a disminuir las molestias del resfriado.
• Puedes tomar té de canela con limón endulzado con miel de abeja.
Los Alimentos
• Nutrientes que estimulan la función inmune son: el selenio, presente en alimentos como el huevo, los cereales completos, las legumbres, la carne y los pescados, y el zinc, cuyas principales fuentes alimentarias son el hígado, el queso curado, los mariscos, las legumbres, el huevo y los frutos secos.
• Procura preparar los alimentos asados, hervidos o al horno.
• Evita los alimentos muy condimentados o altos en grasa.
• Aumenta tu consumo de frutas y verduras.
• Vitamina C
• Te recomendamos tomar a diario un complemento de vitamina C
• Procura preparar los alimentos asados, hervidos o al horno.
• Evita los alimentos muy condimentados o altos en grasa.
• Aumenta tu consumo de frutas y verduras.
• Vitamina C
• Te recomendamos tomar a diario un complemento de vitamina C
Alimentos que fortalecen las defensas
«Que la alimentación sea tu medicación», dijo Hipócrates, consejo que los expertos en nutrición transmiten, sabedores de la importancia de llevar una adecuada alimentación para la salud.
En otoño, el cuerpo necesita fortalecer sus defensas, combatir el estrés y proveerse de energía. Milagros no hay, pero algunos alimentos ayudan.
Es el caso de la jalea real, estimulante recomendado para reforzar el sistema inmunitario tras un fuerte desgaste de energía. El polen, rico en vitaminas y minerales, estimula el apetito y combate estados de debilidad.
La levadura de cerveza protege la salud de la piel y evita el estrés, y el germen de trigo es la mejor fuente de fibra
El ajo es un antibiótico natural que protege el corazón, y las nueces favorecen el buen funcionamiento del cerebro.
Expertos en nutrición aconsejan el llamado desayuno completo: la suma de un yogur bio, dos nueces peladas, una cucharada de germen de trigo, otra de levadura de cerveza y una de polen.
Cómo evitar que estén todo el invierno resfriados
Resfriado común, catarro de vías altas o infección respiratoria aguda de vías superiores son diferentes términos que definen un mismo proceso. Se trata de una infección vírica aguda y autolimitada (es decir, que se cura sola en el plazo de unos días) de las vías respiratorias altas (fundamentalmente nariz y faringe).
Se conocen más de 200 tipos de virus que pueden causar resfriados.
Cuando una persona sufre un catarro, queda inmunizado frente al virus que lo ha provocado, pero aún es susceptible a otros virus, que a su vez tienen múltiples subtipos
Es por eso que los catarros son tan frecuentes a lo largo de la vida.
También esto explica que los catarros sean más habituales en la infancia y su frecuencia disminuya con la edad; a medida que la persona va desarrollando inmunidad frente a los diferentes virus, disminuyen las posibilidades de contagio en caso de un nuevo contacto con ellos. La transmisión se provoca a través de gotas de secreciones respiratorias con virus en suspensión, producidas al toser o estornudar, que pueden ser inhaladas por otras personas, resultando contagiadas.
Los catarros son una de las enfermedades más frecuentes en el niño. Aproximadamente lo normal es que se produzcan de 3 a 9 episodios al año en el niño preescolar y de 2 a 6 episodios en el escolar. Estos episodios suelen concentrarse en otoño e invierno, en los meses de epidemia. El número de resfriados es aún mayor, hasta el doble o el triple, en los niños pequeños que acuden a guardería.
Síntomas conocidos por todos
Más o menos, todos tenemos una idea de cómo es el cuadro clínico de un catarro de vías altas. Después de un periodo de incubación (que dura de 2 a 5 días), aparecen los primeros síntomas: irritación nasal y dolor de garganta, seguidos de congestión nasal y ocular, secreción nasal, estornudos, tos... Todo esto suele acompañarse de cierto grado de malestar general, febrícula, dolor de cabeza y dolores musculares. En niños menores de 3 años puede haber fiebre alta, vómitos y disminución del apetito.
Las secreciones nasales inicialmente son acuosas, haciéndose más espesas a los 2 ó 3 días, coincidiendo con la mejoría de los síntomas generales. Estos suelen controlarse a los 5-7 días, aunque la tos puede persistir aproximadamente 2 semanas.
Aunque los catarros de vías altas son procesos banales y que se curan solos en el plazo de unos días, a veces puede haber complicaciones. Otitis media aguda. El moco que llega al oído puede sobreinfectarse por bacterias, dando lugar a fiebre, dolor de oídos e irritabilidad.
Sinusitis. Se manifiesta por secreción nasal amarillenta o verdosa de más de 10-15 días, fiebre, dolor de cabeza y facial.
Los catarros de repetición pueden favorecer las vegetaciones adenoideas, sobre todo entre los 4 y los 6 años de edad.
En las fases finales del catarro puede haber una sobreinfección bacteriana del moco, que debe sospecharse si la secreción nasal no mejora a los 10 días de iniciarse el proceso, si hay fiebre de más de 3 días de evolución o que comienza 48 horas después del inicio de los síntomas catarrales.
Infección de vías aéreas bajas, bronquitis, neumonía o bronquiolitis en el lactante pequeño. Si aparece fiebre elevada o que dura más de 3 días, dolor torácico en el niño mayorcito, dificultad respiratoria o rechazo del alimento en el bebé pequeño, debemos acudir al médico para que descarte estas complicaciones.
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