Informático en salud, la especialidad del futuro


Cómo es esta disciplina que cruza la tecnología con la medicina
LUNES 11 DE DICIEMBRE DE 2017 • 00:59
PARA LA NACION
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Foto: Archivo
Entre 1966 y 1967, en el MGH (Massachusetts General Hospital) de Estados Unidos, Neil Papalardo desarrolló el primer lenguaje de programación médica, que integró en tiempo real la información de distintas áreas del hospital. El MUMPS (Massachusetts General Hospital University Multiprograming System) sentó las bases de la informática médica. Es un lenguaje y sistema operativo que ha sido diseñado para el manejo interactivo, procesamiento y análisis de datos, entre otros objetivos.
51 años después, la informática en salud crece en un mundo reinado por datos . ¿Qué pueden hacer los profesionales? Sin dudas, la capacitación es el eje central que atraviesa esta realidad. "Hay una disciplina, dentro de la medicina, que lleva más de 30 años. Inclusive, está reconocida en Estados Unidos y en países de Europa, y lo estará acá en breve, como una subespecialidad dentro de la medicina. Se llama informático en salud o informático médico", explica Daniel Luna, médico especialista en medicina interna, magister en ingeniería de Sistemas de Información y doctor en Ingeniería Informática.
Luna está a cargo del departamento de Informática en Salud del Hospital Italiano de Buenos Aires desde 2010. Explica que en la Argentina se aprobará pronto una especialidad multiprofesional (especialista en informática en salud), a la cual podrá aplicar un kinesiólogo, un enfermero, un médico o un bioquímico.
"En Estados Unidos lo aprobaron como una subespecialidad, como informático clínico. En el hospital tenemos hace 16 años, desde 2001, una residencia de informática médica, que tiene una especialidad reconocida por el ministerio de Educación. Y estamos dictando una maestría a distancia, que en su segundo año ya tiene 150 alumnos", completa Luna.

No es sólo para médicos

La especialización en el Hospital Italiano dura 3 años y la maestría, 2. Ambas reciben la demanda de alumnos no solo de la Argentina, sino a nivel regional. Tienen 3 ejes: Ciencias de la Computación (base de datos, programación, infraestructura); gestión (de cambios, de proyectos o sanitaria, por ejemplo); y Ciencias de la Informática Médica (sistemas de soporte para toma de decisiones y sistemas clínicos, entre otros). Análisis de datos e inteligencia artificial son materias que están presentes también en la cursada.
"El objetivo es que alguien que esté trabajando en salud, haciendo sistemas de información, conozca el ecosistema de la salud (no tiene que saber atender pacientes), y que los que vengan de la salud conozcan el ecosistema de la información también. La idea de la transdisciplina es reforzar los conocimientos de la disciplina opuesta. El informático, en términos generales, es un gran traductor para el diseño, desarrollo e implementación de sistemas en el campo de la salud. Entonces, como los médicos tienen mucho poder y se resisten bastante a que les cambien la forma de trabajo, el objetivo es nivelar conocimiento, para actuar como facilitadores", señala Luna, codirector de la maestría y de la residencia de informática en salud del Instituto Universitario Hospital Italiano.
En este sentido es importante entender que, probablemente, la informática en salud no esté destinada a médicos, sino a otros profesionales que trabajen (o estén interesados) en sistemas de salud. Esta especialidad atravesará el gerenciamiento de la salud, enmarcado en historias clínicas informatizadas, digitalización de imágenes, herramientas on line para facturación, control de gestión e integración de servicios de los distintos niveles de atención.
Esta especialidad comenzó con el manejo adecuado de bases de datos. Al pensar en su evolución, la informática en salud permitirá tener mayor información sobre los pacientes y ésto (en teoría) hará que el conocimiento se comparta de manera más democrática y accesible. Sin embargo la decisión final sobre la conducta diagnóstica o terapéutica seguirá siendo exclusivamente médica.
Así lo explica Luna: "Cuando una persona pierde la salud, todo lo demás se relativiza. En la esperanza de recuperarla, se deposita toda la confianza en el médico. En 10 o 20 años, no habrá médico que no necesite de un asistente para que le recomiende caminos. La decisión siempre va a ser del médico, no veo la decisión en una computadora. O sea, estos sistemas pueden servir para orientación, para que un paciente, hasta que llega al médico, pueda orientarse y bajar la ansiedad. Pero la decisión final, diagnóstico-terapéutica, va a seguir siendo humana".
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Resultados

Según Luna, es difícil retener alumnos porque el mercado está muy demandante y son pocas las instituciones, al momento, que forman profesionales de este tipo. "Les ofrecen condiciones económicas y laborales que son muy atractivas afuera. En Chile, por ejemplo, reciben casi el triple de lo que ganan en la Argentina", explica.
Los profesionales egresados de la maestría o residencia podrían dedicarse a la investigación o ser jefes de departamento de un proyecto de informatización, entre varias posibilidades. Por ejemplo, Luciana Rubin es médica especialista en informática en salud y forma parte del staff del área de informática clínica (del departamento de informática en salud) del Hospital Italiano. Una de sus tareas, por ejemplo, es la generación y mantenimiento de alertas y recordatorios en la historia clínica electrónica.
Respecto del futuro de la medicina, considerando la digitalización del sistema de salud y la evolución de la inteligencia artificial y aprendizaje de máquina, dice: "Es un camino con una única dirección, hacia adelante. Puede variar la velocidad dependiendo de recursos y agenda propia de cada institución, pero la informatización del sistema de salud mejorará en muchos aspectos el cuidado de la salud de la población, su eficiencia, eficacia y seguridad".

Dónde estudiar

Desde el gobierno de la Ciudad han abierto la residencia de informática médica para tratar de emular el proceso educativo que ha comenzado el Hospital Italiano.
Informático clínico en la Universidad de Columbia

El futuro más cercano: historia clínica digital + Open Patient

La utilización de las tecnologías de la información en todas las áreas del cuidado de la salud plantea mejoras realmente visibles en la calidad de servicio que reciben los pacientes. El Hospital Privado de Córdoba, a través de la compañía TIpS, es una de las instituciones líderes en el país al hablar de historia clínica digital. "La historia clínica está totalmente integrada a los sistemas de logística asistencial, facturación y contabilización automática, gestión de stocks y finanzas", explica la ingeniera Cecilia Camillucci, presidente de TIpS.
En 2011 el Hospital Privado buscó el asesoramiento del Hospital Italiano para la construcción de una historia clínica digital. En 2012, decidió comercializar su solución y hoy posee su departamento de Informática en Salud conformado por profesionales de la salud que se han formado o están en formación en esa especialidad.
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Estas soluciones implican realmente la modernización inmediata del sistema de salud, pero: ¿qué sucede con el paciente? "En la actualidad el paciente y sus familiares tienen fácil acceso a innumerable cantidad de información para investigar sobre una dolencia. La mayoría de las personas busca información sobre lo que le ocurre. El problema es el desconocimiento médico que la mayoría de los pacientes tienen para interpretar correctamente la información disponible e identificar si su caso se corresponde con lo que lee. Desde el Hospital se ha puesto a disposición del paciente y del público en general un portal de salud con el objetivo de ofrecer información validada", señala Camillucci.
Y continúa: "El acceso de los pacientes a la información de su historia clínica, según estudios realizados, mejora la confianza y comunicación con el profesional, los resultados de su tratamiento y su seguridad. Organizaciones profesionales están apoyando alguna herramienta que facilita el Open Patient (paciente abierto). Esperemos pronto contar con consenso internacional para que el paciente, si lo desea, posea su historial asistencial en un único lugar".
El concepto de Open Patient parece nuevo, pero no lo es tanto en el mundo del open source. Desde Red Hat, proveedor de soluciones de código abierto, trabajan, por ejemplo, en algunos proyectos de forma colaborativa con el Hospital Italiano. "Las compañías se diferencian en su core de negocio, cuando hacen sus aplicaciones y las integran dentro de una red. Hay un caso de un chico que empezó a sentir olores a vinagre. Se hizo diagnosticar y le dijeron que no tenía nada. Él pidió sus estudios, los empezó a ver y tenía un tumor en el cerebro. Empezó a compartir toda su información. A partir de este caso, empezó a haber toda una movida muy grande, que emergió el tema de paciente abierto", explica Mauricio Lombardo, gerente de innovación y desarrollo de industrias de Red Hat en América Latina.
"Los datos no son de los médicos, son de los pacientes. Si esos datos se empiezan a expandir, a contribuir en el mismo esquema del desarrollo del open source, hay un beneficio directo, a toda la sociedad, en su conjunto", dice Lombardo.
Por su parte, Juan Ramón Morales Martínez, director de salud de Everis (tiene una suite de productos de eSalud, llamada ehCOS) en la Argentina y Chile, opina: "La relación del paciente con el sistema de salud, ya sea público o privado, ha cambiado gracias a los sistemas de información. Permiten estar mucho más informado con respecto a síntomas, patologías, así como también prestaciones. De ahí, la importancia de los sistemas de información centrados en el paciente". Morales Martínez entiende que es necesario compartir la información del paciente entre los sistemas y niveles asistenciales, para garantizar la continuidad asistencial.
Algunas de las referencias más importantes de las soluciones ehCOS se encuentran en Ciudad de México (en los 30 hospitales públicos y otras instituciones) y en España, en las comunidades de Valencia, Andalucía, Cataluña, Galicia, Bilbao, entre otras. En la Argentina se usa en FLENI, por ejemplo.
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