EL MUNDO La escalofriante historia de una madre que llevó a su hijo al médico 323 veces y fue detenida



Incluso antes del nacimiento de su hijo, Ryan Crawford sospechó que algo andaba mal con la madre de su hijo. Kaylene Bowen, durante su embarazo, tenía por costumbre llamarlo a la madrugada desde algún hospital. Incluso una vez aseguró que, durante siete días seguidos, tuvo 42 grados de fiebre.
Nada de esto se compara con el calvario que tuvo que sufrir su hijo Cristopher, que nació en abril de 2009. Kaylene Bowen fue arrestada por la policía de Dallas, Texas, tras llevar a su hijo 323 veces al hospital desde el día de su nacimiento.
La mujer, de 34 años, la detuvo por "abusos médicos" a su hijo, de 8, después de conocerse que además de las visitas médicas hizo que fuera sometido a 13 intervenciones quirúrgicas.
La detención se produjo después de la última visita a un servicio de urgencias, donde el menor llegó con convulsiones que los médicos creyeron que no tenían un origen natural, y que podían haber sido inducidas por su madre.
Bowen llegó a decirle a los profesionales que el niño tenía alergia a la leche, que vomitaba y hasta que necesitaba un transplante de pulmón debido a los efectos secundarios. El nene tuvo 13 cirugías importantes por las presuntas dolencias. La madre llegó incluso a crear sitios webs donde le proponía a la gente colaborar con los costosos tratamientos a los que supuestamente se debía someter su hijo.
La primera vez que Bowen llevó a su niño al médico, el chico tenía 11 días. ¿Cómo fue posible que el chico sufriera semejante calvario? Al parecer, al principio la madre alegó que su hijo tenía un raro trastorno genético. Sin embargo, más tarde cambió la dolencia: su hijo Christopher tenía una cáncer terminal.
Christopher Bowen pasó la mayor parte de su corta vida en una silla de ruedas, alimentándose a través de un tubo y respirando con la ayuda de un tanque de oxígeno.
El padre del niño, que no tiene contacto con la madre hace años, aseguró que había tratado de advertir a las autoridades de que su hijo en ningún momento había estado enfermo y se pregunta cómo es posible que le hicieran tantas intervenciones quirúrgicas sin cuestionarse que el problema no lo tenía el menor. El niño se recupera en un centro de tutela, mientras su padre hace las gestiones para poder hacerse cargo.
¿Qué le ocurre a la madre? La respuesta a la enfermedad que, a diferencia de su hijo, sí padece Bowen, sería algo conocido como Síndrome de Munchausen, un trastorno que lleva a la persona al delirio de inventar y hasta generar síntomas médicos para llamar la atención.
Los expertos aún no saben exactamente los motivos por los que este trastorno tiene lugar, aunque algunas teorías dicen que está relacionado con el trauma de la infancia de un cuidador o con el estrés.

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