Dura advertencia sobre chicos malnutridos en el Gran Buenos Aires
LA SITUACIÓN SOCIAL.
El movimiento Barrios de Pie volvió a medir la situación nutricional de 4.042 chicos que asisten a sus comedores en diferentes partidos del Conurbano. El 43% presentó síntomas claros de malnutrición.
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Cerca de un 43% de los niños y adolescentes que concurren habitualmente a los comedores y merenderos abiertos por la organización social Barrios de Pie en diferentes partidos del Gran Buenos Aires presentó síntomas claros de malnutrición. Aunque la situación no ha cambiado mucho de la que se registraba en 2014, los datos muestran la "preocupante vulnerabilidad nutricional" en la que viven una porción importante de la población.
El Instituto de Investigación ISEPCI, ligado a ese movimiento social, realizó entre marzo y mayo un análisis de la situación de un total de 4.042 chicos que asisten a sus comedores. Para el relevamiento se aplicaron parámetros internacionales para construir tres indicadores antropométricos claves: la relación peso/edad en los lactantes; el Indice de masa corporal (IMC) para los chicos de 2 a 19 años; y la relación talla/edad para todo el universo. Un trabajo semejante se había realizado en 2014.
Para el primer indicador, que permite conocer la situación de los lactantes, surgió que el promedio de malnutrición en el conurbano sería de 44%, un punto menos que en 2014. El indicador peso/edad permite detectar casos de bebés que presentan un bajo peso o que enfrentan riesgo de tenerlo, y también aquellos casos de sobrepeso por una mala alimentación. Los resultados más preocupantes se registraron en La Matanza, Merlo, Morón y Lomas de Zamora, con más del 50% de los niños afectados.
El IMC (Masa corporal) se aplicó a un abanico más grande de casos, pues abarcó a los niños y jóvenes de entre 2 y 19 años. Un 43% de los relevados presentó malnutrición (la mayor parte por sobrepeso y hasta obesidad). El resultado es levemente superior al de hace dos años.
Finalmente, en el tercer ejercicio, se detectó que 22% de los lactantes presentan deficiencias en talla y lo mismo sucede con el 16% de la primera infancia y el 4% de la segunda infancia. Para el caso de los adolescentes, este indicador de mal desarrollo alcanzó un 6%.
"La presencia de malnutrición en cualquiera de sus variantes, ya sea por bajo peso o por sobrepeso, limita el crecimiento y desarrollo integral tanto físico como psicosocial, deteriorando su calidad de vida y abriendo la puerta a enfermedades en la edad adulta", recordó el informe de ISEPCI, que recomendó a las autoridades prestar mayor atención a los casos de sobrepeso en la primera infancia.
En ese sentido, se indicó que "la alimentación del grupo familiar, en cantidad y calidad adecuada, ocupa un aspecto a resolver, ya que la dificultad para acceder a la canasta básica de alimentos aparece en la cotidianeidad como una cruda realidad". Los investigadores agregaron que las madres de los chicos encuestados "refieren que han visto disminuido significativamente el consumo delácteos, frutas y carnes, debido al constante aumento de los precios". Así las cosas, "la dieta familiar está constituida principalmente por hidratos de carbono y grasas, en detrimento de las proteínas necesarias, lo que marca fundamentalmente la alimentación de los niños ubicados en lactancia y primera infancia".
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