Enfermedades que alteran la visión de nuestro propio cuerpo


1- Dismorfofobia

El pasado lunes 9 de febrero una irreconocible Uma Thurman mostraba orgullosa su “nuevo” rostro en la premiere de la miniserie “The slap” en Nueva York. Las redes sociales estallaron de comentarios y prácticamente nadie descartaba que la hermosa Mia Wallace en Pulp Fiction había pasado por el quirófano.

Días después, en el programa “Today” de la NBC aseguraba que se trataba de maquillaje. “Creo que a nadie le gustó”, aseguró despreocupada.

En cualquier caso, y maquillaje y bótox aparte (algunos especialistas continúan creyendo que sí se hizo algún retoque), la realidad es que Thurman se refirió en más de una oportunidad a su nula conformidad con su aspecto físico.

“Pasé los primeros 14 años de mi vida convencida de que mi aspecto era horroroso. Era alta, con pies grandes y rodillas huesudas. Me sentía muy fea. Tenía una nariz grande, una boca grande, y esa clase de ojos separados en los que parece que tuvieras dos peces nadando entre las orejas. Incluso hoy, cuando la gente me dice que soy bella, no me creo una palabra”, aseguró la actriz según cita el libro “Overcoming body image problems including body dysmorphic disorder” (Problemas con la imagen corporal, incluyendo dismofofobia).

La dismorfofobia es precisamente el trastorno en el que una persona se ve de forma exagerada o completamente diferente a como es en realidad y siente rechazo por sí misma o por una parte determinada de su aspecto. “Una o varias partes del cuerpo se ven feas, deformadas y grandes... no se tiene una visión real, por lo que provoca una obsesión que conduce a la angustia y al malestar”, explica Julia Vidal, psicóloga experta en trastornos del comportamiento alimentario e imagen corporal.

Este trastorno lleva a muchos a gastar todo el dinero que tienen con tal de verse mejor. “Gastan el dinero en cremas, por ejemplo, en el caso de que están obsesionadas con las arrugas o van al quirófano. Se pueden operar de la nariz y da igual porque como no es la nariz el problema, sino que se perciben mal se vuelven a operar. Afortunadamente, a veces dan con cirujanos que les dicen que no es bueno que se operen tanto y que el problema es de ellos, no de su físico”.

2- Anorexia

Pero no es la dismorfofobia el único trastorno de la imagen corporal. “Una mala aceptación de la propia imagen está relacionado con problemas en la ingesta”, señala Antonio Cano, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés.

Entre los trastornos de la alimentación contamos con la conocida anorexia. “Tiene de base (como la bulimia) querer tener una figura bonita y delgada. A esto se le suma la influencia social y estética, y lo que intentas es no comer”, señala Julia Vidal, psicóloga y directora del centro de psicología Área Humana.

En esta enfermedad, la delgadez está asociada a valores como el éxito, el control sobre la voluntad y la belleza. La persona enferma no se conforma nunca y por muy delgada que esté se sigue viendo gorda y quiere estar más delgada.

Edad temprana

Si bien existe un porcentaje altísimo de casos (un 80%) en el que la persona con anorexia tiene también una alteración de la percepción de su cuerpo, no siempre es así. Lo mismo sucede con la bulimia. “Puede haber casos en el que la persona con anorexia se vea delgada pero quiera seguir bajando de peso, o en el caso de la bulimia que sea plenamente consciente de que tiene un peso normal, aunque no lo pueda controlar. En cualquier caso, en un porcentaje altísimo sí hay distorsión y se ven siempre gordas”.

Vidal señala que la anorexia suele empezar a edades más tempranas que la bulimia. “Hay niñas con 9 o 10 años que lo padecen. No siempre es así pero, generalmente, en la anorexia hay más patologías asociadas que en el caso de la bulimia. Por ejemplo, el trastorno de personalidad”.

Desencadenantes de la enfermedad

Para que el problema se desarrolle suele haber una base, o factores que lo predisponen: “problemas de personalidad, ansiedad o depresión, perfeccionismo, autoestima baja, sobrepeso o percepción de sobrepeso, conflictos familiares o personas, adolescencia, presión social por la delgadez o incluso, predisposición biológica”, explica Vidal.

A esto hay que sumarle los factores que pueden desencadenarlo, estresores, es decir, algo que te descoloca en tu vida, por ejemplo, “que haya control sobre la comida, que exista una restricción alimentaria o dietas”.

Pero a esto se suman las críticas que los terceros puedan hacer sobre el cuerpo. “Por ejemplo, cuando alguien señala algún defecto o incluso cuando ligas y de repente te dicen: ‘tienes el culo muy raro’ y te empiezas a obsesionar ante la crítica. Si tu autoestima no está bien empiezas a darle importancia a algo que no lo tenía”.

3- Bulimia

“En el caso de la bulimia, como en la anorexia, también hay preocupación por el cuerpo, el control”, explica Julia Vidal, psicóloga y directora del centro de psicología Área Humana.

En este caso, “la persona enferma deja de comer y tiene hambre, por lo que acaba devorando. Al sentir culpa, vomita para compensar”. Según la experta, esta enfermedad suele estar asociada a menos patologías que en el caso de la anorexia (trastorno de la personalidad, por ejemplo). Pero en cuanto a las causas que predisponen al problema, son las mismas que las de la anorexia. “Predisposición biológica, problemas de personalidad, ansiedad o depresión, perfeccionismo, autoestima baja, sobrepeso o percepción de sobrepeso, conflictos familiares o personas, adolescencia o presión social por la delgadez”, explica Vidal.

La adolescencia se encuentra entre los factores que predisponen el problema porque es en ese momento “en el que queremos gustar a los demás, cuando salimos del vínculo familiar y nos mostramos al mundo con nuestro cuerpo y queremos que se vea bonito. Es además, una época estresante porque hay cambios hormonales y conformas tu personalidad”.

La dieta, un factor de riesgo

A ello hay que sumarle los desencadenantes: que alguien haga alguna crítica, que haya control sobre la comida, o incluso hacer dieta. “La dieta es uno de los desencadenantes de los trastornos de alimentación, un factor de riesgo en determinadas personas”.

En cuanto a la edad, “la bulimia puede empezar temprano o a partir de la veintena. Está asociada a un problema más superficial que la anorexia”.

4- Insatisfacción corporal

Sin tratarse de un trastorno, existe otro problema vinculado con el aspecto: la insatisfacción con la imagen corporal.

“Si establecemos un continuo, están en un extremo las personas que aceptan su cuerpo, y en el otro, aquellas con trastornos de la imagen corporal en el que las personas están muy a disgusto con su cuerpo, y en la parte central, sin ser un trastorno, las personas (sobre todo mujeres) que sufren una insatisfacción con su imagen corporal”, explica Julia Vidal, psicóloga experta en trastornos del comportamiento alimentario e imagen corporal.

“En lo que respecta a las emociones, esta insatisfacción provoca «malestar, incomodidad, ansiedad, baja autoestima”, pero además, puede llevar a una persona a hacer menos cosas, a reducir su agenda para mostrar su cuerpo lo menos posible. “No va a la piscina, no asiste a las fiestas porque no esta a gusto, etc”.

“Es muy difícil no sentirse insatisfecha”


La experta advierte que hay que tener cuidado con este tipo de problemas porque pueden normalizarse al no ser trastornos diagnosticados. “Parece que solo estás afectado cuando tienes un trastorno, pero es casi peor la insatisfacción porque lo toleras bien y vives con ello aunque te haga mal”.

Vidal señala que esta insatisfacción acompaña a la mujer sobre todo en la adolescencia pero perdura incluso en la adultez. “Antes, estabas insatisfecho en la adolescencia pero una vez que te casabas se terminaban los problemas y la estética pasaba a un segundo plano. Ahora, da igual que tengas 60 años. Esta sociedad nos lleva a que la preocupación por la imagen este cada vez más presente y cualquier edad”.

Normalmente, va asociado a personas inseguras o con baja autoestima. “Depende de la educación que recibas, de los valores de cada uno, hay gente que le da más importancia a la estética que otras. Sin embargo, advierte del «bombardeo social. Es muy difícil no sentirse insatisfecha, miras las vallas publicitarias y hay un estereotipo de cuerpo que se repite que está completamente alejado del común de las mujeres”.
 
Fuentehttp://www.abc.es/sociedad/20150302/abci-enfermedades-trastornos-imagen-201502261759_4.html

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