La vuelta a clases es un buen momento para controlar la visión de los niños

PROBLEMAS EN LA VISTA


Entrecerrar los ojos, acercarse mucho a la hoja para escribir, saltarse palabras o renglones al leer o señalar con el dedo lo que lee son algunas señales que indican alteraciones de la vista en los más pequeños. Dos especialistas sostienen que padres y docentes deben observar los indicios de una visión deficiente porque algunas, como la ambliopía, se pueden corregir a temprana edad.
 
Compartir   
NECESITAN ATENCIÓN. Algunos problemas visuales detectados en la niñez pueden corregirse e impedir que avancen hasta tornarse irreversibles.

Cuando un niño escribe o lee con más lentitud o dificultad que el resto de los alumnos, generalmente se supone que tiene problemas de atención o de aprendizaje y muy pocas veces se piensa que el motivo real puede ser algún problema en su visión. La vuelta a clases es un buen momento para controlar los ojos de los más chicos y detectar a tiempo algún trastorno que pueda solucionarse.

“El ojo de un niño es inmaduro y está en constante crecimiento hasta los 7 u 8 años. El control a tiempo de las alteraciones visuales puede ser el factor determinante para evitar un bajo rendimiento escolar”, advierte el doctor Pablo Daponte, presidente del Consejo Argentino de Oftalmología.

Consciente de que el 80% de todo lo que aprende un niño en los primeros 12 años de vida se realiza a través de los ojos, el oftalmólogo recomienda revisar la vista de los más pequeños durante el inicio del periodo lectivo, es decir, al menos una vez al año. Esto ayudará a evitar problemas de estudio y atención en el aula.

La ambliopía

El doctor Ricardo Carrillo, oftalmólogo del Hospital de Niños, coincidió con los conceptos del doctor Daponte y agregó otro problema frecuente en la vista que puede aparecer a temprana edad: la ambliopía.

El especialista tucumano explicó que la ambliopía es la mala visión en un ojo debido a que no desarrolla su visión normal durante la primera infancia. Generalmente se lo llama “ojo perezoso u ojo vago”. Cuando un ojo desarrolla buena visión y el otro no, el ojo con menor visión se denomina ambliópico, precisó el médico.

“Es muy importante prevenir y detectar la ambliopía -el ‘cuco’ de los que atendemos trastornos de la visión binocular-. Cuando hay una diferencia marcada de refracción entre un ojo y otro y no es compensada con anteojos, el ojo ‘vago’ queda con menos o a veces nula visión. En la vida diaria muchas veces no nos damos cuenta de que hay una marcada diferencia de visión entre un ojo y otro. Hay que tener presente que si este problema se detecta a tiempo -en la época de plasticidad sensorial- puede ser reversible”, advirtió Carrillo.

Ambos oftalmólogos -Daponte y Carrillo- indicaron que la escuela es el lugar más apropiado para detectar los problemas oculares en la infancia. Y enumeraron algunos signos que pueden detectar los docentes, como acercarse mucho al cuaderno al escribir o leer, errores al copiar palabras del pizarrón, taparse un ojo para concentrarse al hacer los ejercicios en clase, saltarse palabras o renglones al leer, o señalar con el dedo lo que se está leyendo.

Tarea de los padres

Los padres -sostienen los especialistas- también deben observar a sus hijos para prestar atención a los siguientes indicios:

Ojos enrojecidos o llorosos

Dolores de cabeza, mareos y náuseas

Entrecerrar constantemente los ojos para poder ver bien

Frotarse los ojos en forma repetida

Mostrar excesiva sensibilidad a la luz

Acercarse de forma exagerada a la televisión para ver correctamente

Tener una mala percepción visual, por ejemplo: confundir la “a” con la “e”, la “u” con la “n”, etcétera.

Es decir que a padres y maestros les cabe la responsabilidad de observar tales señales de algún trastorno visual, para consultar de inmediato al oftalmólogo e iniciar lo antes posible el tratamiento.

Algunos cconsejos para padres 
 
Cuiden los ojos de los niños.- Pongan en práctica estas recomendaciones para cuidar la visión de sus hijos y ayudarlos a mejorar los procesos de aprendizaje:

Sean buenos observadores.- Estén pendientes de las señales que pueden ser indicio de problemas visuales y consulten de inmediato a un especialista si es que detectan alguna de ellas. Si se tratan a tiempo, los problemas de la vista generalmente pueden remediarse.

Háblenles con claridad.- Enséñenles a no frotarse los ojos con las manos sucias, porque de este modo las bacterias y los virus se multiplican y pueden enfermarse con conjuntivitis.

¡Cuidado con el sol!.- Protéjanlos del sol durante las actividades. La exposición prolongada aumenta las probabilidades de que los ojos sufran daños severos, como la degeneración macular, por ejemplo. De hecho, el 80% del daño a la visión ocurre antes de los 18 años, por eso es importante tomar precauciones a temprana edad para proteger los ojos y la delicada piel que los rodea. Usar lentes adecuados que bloqueen el 100% de los rayos ultravioleta (UVB), es una excelente decisión.

Lentes fotosensibles.- Si el niño necesita anteojos recetados, los lentes fotosensibles son una perfecta opción para uso diario según los oftalmólogos: se adaptan rápidamente a las distintas condiciones de luminosidad permitiendo que la cantidad adecuada de luz llegue a los ojos. Están disponibles en todos los formatos y graduaciones, y además cuentan con 100% de protección de los rayos ultravioleta A y B (UVA y UVB).

Es mejor la luz natural.- Cuiden el lugar donde realizan las tareas: debe estar bien iluminado para que no fuerce la vista. Es preferible que trabajen de día con luz natural. 

Menos tiempo en la TV .- Limiten el tiempo que pasan frente a la TV, computadora o dispositivos móviles.

control periódico.- Háganles hacer un control oftalmológico al menos una vez al año. Las revisiones periódicas detectan y previenen problemas visuales.

Comentarios

Entradas populares