La semana pasada arrancó la primera edición de MasterChef Kids en Brasil, un programa de televisión en el que niños de entre 9 y 13 años compiten para convertirse en grandes cocineros. Pero la expectativa por el estreno dio un vuelco inesperado. Mientras una de las nenas de 12 años cocinaba, en Twitter empezaron a aparecer comentarios del tipo “Esta tal Valentina, a los 14 años será como las secretarias de las películas porno”, escribió uno. “Si es consentido, ¿es pedofilia?”, escribió otro. Una agrupación feminista aprovechó lo que estaba sucediendo y llamó a las mujeres a contar en Twitter la primera vez que sufrieron un acoso sexual. La respuesta fue increíble: más de 50.000 mujeres se animaron a romper el silencio. Muchas incluso, terminaron contando experiencias de abuso sexual.
Una Ong feminista llamada
ThinkOlga lanzó el hashtag #PrimeiroAssédio (Primer acoso). La idea era que se visualizara cuántas mujeres pasaron en su infancia, y no olvidan, experiencias traumáticas de acoso sexual. Y ahí sí los tuits empezaron a llover: “Iba con el ómnibus lleno, sentada sobre la falda de mi mamá, ciega. Un hombre se abrió el cierre y me mostró los genitales. Tenía 8 años”. Hasta que de los tuits sobre acoso se saltó directamente a confesiones de mujeres que, de chicas, habían sufrido abuso sexual.
“El hombre era vecino de mi familia y una vez nos fuimos todos juntos de viaje. Durante el viaje, me arrinconó y pasó sus manos por mis partes íntimas. Yo tenía falda, tenía 4 años”. Otro decía: “Estaba yendo a la escuela sola usando un vestido debido al calor de verano. Un hombre se paró al lado, se abrió el cierre del pantalón y empezó a refregar su pene sobre mí. Me dio miedo a hacer un escándalo y que terminen culpándome a mí”. Otro: “Yo tenía 8 años y fui a la casa de una amiga a jugar. Llegué y el padrastro de ella nos mostró el pene y se empezó a masturbar”. Al tratarse de experiencias que les sucedieron mientras eran niñas, la enorme mayoría de ellas contó abusos sexuales -manoseos de los pechos, frotamiento de genitales, besos con lengua, manoseo de los genitales- de parte de tíos, padres, primos, padrastros, vecinos y docentes.
La movida fue tan potente –la mayoría de las mujeres contó experiencias de abuso ocurridas desde los 3 o 4 años y hasta la adolescencia- que al día siguiente el hashtag fue trending topic en Twitter. Y Unicef Brasil aprovechó para lanzar su campaña para que las víctimas denuncien. También el Portal Brasil lanzó una campaña por la misma red social: “El abuso sexual puede estar más cerca de lo que se imagina”.
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