Cómo reducir el impacto del cambio climático en las ciudades


Unos 180 municipios participan de una red argentina que propone acciones para frenar el calentamiento global. Hay muchos buenos ejemplos.

Hace 1 Hs 31 Por Florencia Bringas
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CAMBIO CLIMÁTICO. Es la mayor amenaza medioambiental del planeta. MOCICC.ORG
El cambio climático transformará la cantidad y la intensidad de los incendios en los próximos años, lo que provocará una enorme deforestación. Así lo indican estudios realizados por organizaciones internacionales como Greenpeace. Mientras, ya afecta procesos esenciales de muchos seres vivos, y los pone en riesgo de desaparecer. Los glaciares se están reduciendo y hay un crecimiento de procesos de desertificación. Aumentó la temperatura del agua, como la del ambiente. ¿Se imaginan los veranos tucumanos con olas de calor más implacables y largas?
La preocupación es mundial, y eso es lo que ayudó a que se conformara la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático (Ramcc). Lo que impulsan es que en Argentina sean cada vez más las ciudades sustentables.
El objetivo general de la red es ejecutar proyectos o programas municipales, regionales o nacionales, relacionados con la mitigación y adaptación al cambio climático, a partir de la movilización de recursos locales, nacionales e internacionales. “La red trabaja con 180 municipios del país. Teniendo en cuenta que en total son 2.200, entendemos que es un grupo reducido pero que ya tiene el visto bueno a nivel internacional, y hay organizaciones que nos apoyan tanto desde lo económico como con reconocimiento en sus redes”, comentó Emanuel Ayala, ingeniero ambiental, y miembro de la Ramcc. Ayer participó de la mesa panel “Ciudades sustentables”, que se realizó dentro del Foro Climático Internacional, organizado por el Ministerio de Salud provincial.
Ayala se especializó en el desarrollo de inventarios de gases de efecto invernadero, en ciudades y pueblos de Argentina, entre los que se encuentran Tafí Viejo y Yerba Buena. Ambas ciudades realizaron esos inventarios que sirven como línea base para saber cuántas emisiones se generan. A partir de ahí, analizarán de qué manera se pueden reducir esas emisiones.
Capacitaciones
“Hace unos años estamos trabajando con esos dos municipios tucumanos, que también participaron de capacitaciones que dimos, con temáticas relacionadas con energía, transportes sustentables, reforestación, gestión de residuos. Trabajamos al 2030 con un plan de acción en el que los municipios presentan acciones para disminuir esos gases”, explicó Ayala.
Para él no todo es un panorama negro, porque las autoridades están poniendo en agenda esta temática ya que sienten los efectos del cambio. Los ejemplos en todo el país son concretos. Como sucede con los planes de acción climática de la ciudad cordobesa de Belleville, que se propuso para 2030 reducir en un 15% el consumo residencial de energía. O el caso de la santafesina Venado Tuerto, que tiene proyectadas, con inversiones privadas, construir plantas de energía solar. Eso mismo pasó -contó el representante de la red- en algunos municipios de Buenos Aires, como Chacabuco, Lincoln y Villarino. Este último tiene parques eólicos.
Gestos de cambio
Dar el ejemplo, es una de las claves para Ayala. Se refiere a que los estados deben empezar ellos mismos con esos gestos de cambio, para que se repliquen en el resto de la sociedad. Entonces, los programas de eficiencia energética en edificios públicos son un punto de partida muy importante. Eso pasó en la pequeña localidad llamada Camilo Aldao, de Córdoba. Las autoridades desarrollaron un plan de eficiencia energética, con el que remodelaron el edificio municipal para disminuir el consumo energético, aplicaron energía solar y capacitaron a sus empleados para que usen mejor la energía. Los buenos ejemplos se extendieron también a otras municipalidades como San Miguel, Neuquén, Rosario, Godoy Cruz. Todos promueven ordenanzas de esa temática para que ya desde la construcción de edificios estatales haya criterios de eficiencia energética.
De lo privado a lo público
La directora general de Cambio Climático del Ministerio de Ecología de Misiones, Silvia Kloster, compartió ejemplos de cómo en el ámbito privado se puede generar también un cambio en beneficio de lo público. En su mesa panel “Gobierno y cambio climático” contó el caso de la empresa Pindó. Se trata de un aserradero que desde 2016, a los derivados no utilizables del aserrado los destina para la generación de energía eléctrica utilizada en todos los procesos industriales de la empresa. Al excedente de energía lo comercializa, aportando así a la diversificación de la matriz energética del país. De esa forma, se completa el círculo ideal del aprovechamiento sustentable.

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